Abróchense el cinturón, adictos a la música, porque Black River Boogie de Big Soul es un cóctel molotov sónico que estalla con funk crudo, desparpajo blusero y un pulso rock ‘n’ roll capaz de despertar a un paciente en coma.
En un paisaje onírico de tonos púrpura donde el tiempo se curva y los solos de guitarra flotan como el incienso, Riffs and Beats se reunió con Prince, esquivo, brillante y sin ataduras, para mantener una conversación que desafía la gravedad y el género.
Algunos de los mayores éxitos mundiales de la historia de la música no fueron obras maestras cuidadosamente planificadas. Nacieron de la pura casualidad, de momentos inesperados y accidentes afortunados.
En la penumbra de un bosque donde el silencio zumba como una retroalimentación y las voces perdidas resuenan entre los árboles, Riffs and Beats se encontró cara a cara con Kurt Cobain, no el icono grabado en la tragedia, sino el alma inquieta, siempre cuestionadora,
Nacido William Michael Albert Broad en Stanmore, Middlesex, en 1955, Billy Idol creció en un hogar de clase media que se mudaba entre Long Island, Nueva York, y los suburbios de Inglaterra.
En el sucio y ahumado corazón del Londres de 1977, donde el punk era menos un género y más un cóctel molotov lanzado contra el cadáver hinchado del rock and roll, los Sex Pistols lanzaron Pretty Vacant.