Cuando se trata de sobrepasar los límites del volumen, algunas bandas de rock han convertido sus conciertos en auténticas tormentas sónicas.
El récord del concierto de rock más ruidoso se atribuye generalmente a la banda Manowar, conocida por sus actuaciones atronadoras.
El evento tuvo lugar en Hannover, Alemania, en 2008, donde la banda alcanzó unos asombrosos 139 decibelios. Para ponerlo en perspectiva, un motor a reacción a corta distancia produce típicamente unos 130 decibelios, y el umbral del dolor para el oído humano se considera entre 120 y 130 decibelios.
Otros contendientes históricos incluyen a The Who, que alcanzaron los 126 decibelios en Londres en 1976, y a Motörhead, cuyos conciertos en vivo a menudo se medían alrededor de los 130 decibelios. KISS y AC/DC también son conocidos por sus actuaciones extremadamente ruidosas, aunque ninguna medición oficial ha superado el récord de Manowar.
Curiosamente, después de algunos conciertos de Manowar, los asistentes han reportado dolores de cabeza, zumbidos en los oídos e incluso agujeros en las paredes de locales mal aislados.