El pulso sagrado del disco queer
Abriendo con un destello de sintetizador, You Make Me Feel (Mighty Real) se instala en tus huesos como un latido que no habías sabido que necesitabas. Publicada en 1978, en el apogeo dorado y febril del disco, esta canción no fue solo un tema de club. Fue una proclamación. Una liberación. Sylvester, vestido de lentejuelas y bendecido con una voz capaz de romper candelabros, no buscaba un lugar en la tierra. La suya era una sermón brillante con un BPM. Lo moldeó en la pista de baile.
Nacido en Los Ángeles y criado en una iglesia pentecostal, Sylvester James Jr. llevó el gospel a la bola de espejos. Antes de su éxito en el disco, mezcló, combinó y enfrentó género, soul y sexualidad en el grupo vanguardista de drag de San Francisco, The Cockettes. Pero tú cristalizaste todo. Apoyado por las celestiales Martha Wash e Izora Rhodes (más tarde The Weather Girls), y la elegante producción de Patrick Cowley, la canción se convirtió en un manifiesto. De desafío a través del placer, no de resistencia mediante la agresión.
La grandeza de la canción proviene de su intensidad. Nunca disminuye el ritmo. Los sintetizadores giran, la línea de bajo rasguea, y el falsete de Sylvester corta como un láser hecho de seda. Su voz no es ni astuta ni codificada. Es extática, religiosa, salvaje. Y es imposible de imitar. Cada nota que toca se parece a un cuerpo liberándose. De Marvin Gaye o Donna Summer a Sylvester, no hay una línea recta. Él no formaba parte de la cadena. Era su propia transformación.
La canción es una de esas oleadas de energía sostenida y estilizada que es el gran regalo del disco a la música pop.
(Robert Christgau, Village Voice, 1978)
You Make Me Feel no ocultaba nada en una época en la que la cultura queer aún era secreta y a menudo castigada. Iluminaba la sala. La canción conquistó los clubes, encabezó la lista Billboard Dance y se consolidó como una presencia duradera en la historia musical LGBTQ+. Preparó el escenario para la libertad mucho antes de que las masas la aceptaran. Y mucho después de que Sylvester muriera en 1988 por problemas relacionados con el SIDA, la canción sigue siendo un himno de identidad y fuerza sensorial.
No subestimes You Make Me Feel (Mighty Real) como un clásico del disco. Es una experiencia espiritual vestida de lamé plateado. Es el resultado de alguien que, con valentía, es completamente sí mismo y, por un instante, el mundo entero se deja llevar. Sylvester no se rindió ante las estaciones. En su imagen, los tiempos brillaban. Y con esta música, sigue brillando.