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West End Girls – Pet Shop Boys

Un sueño en movimiento construido sobre bajo y poesía

El pulso es inmediato. Un bajo sintético que se arrastra, una pizca de claustrofobia urbana, y luego la voz de Neil Tennant se desliza como un narrador que observa todo desde la ventanilla empañada de un coche. Publicada por primera vez en 1984 en una versión más áspera producida por Bobby Orlando, West End Girls fue regrabada y lanzada oficialmente en 1985 con Stephen Hague a los mandos. Es una canción que recorre la ciudad de noche sin perder jamás su elegancia. Una confesión hablada sobre un suspiro electrónico, que mezcla la lucidez de la poesía con el pulso del club.

Tennant y Chris Lowe no se presentaron como ídolos del synth pop. Parecían más bien los tipos callados sentados al fondo de una clase de filosofía. Tennant, ex redactor de Smash Hits, entendía el lenguaje más desde Eliot y Orwell que desde la pista de baile. Lowe, figura muda con gafas oscuras, dominaba la arquitectura sonora y la fuerza de la repetición. Juntos, crearon un sonido contenido pero cargado de atmósfera. Su primer gran paso hacia ese mundo compartido fue West End Girls.

Las palabras se despliegan como fragmentos decodificados oídos en escaleras a medianoche o en cabinas telefónicas. Frases como “Sometimes you’re better off dead” se dicen sin dramatismo, pero con un peso rotundo. Usando Londres como tema y escenario, la canción atraviesa clase social, sexo, geografía e identidad. Su tempo es premeditado, no apresurado, reflejando el ritmo de un paseo por calles sombrías. En todo momento, la producción equilibra contención y tensión, sin dejar que la melodía estalle del todo, pero sin permitirle perderse.

En West End Girls, la intención era hablar de clases sociales, de chicos duros que se acercan a un poco de elegancia.

(Neil Tennant, The Quietus, 1985)

West End, 1986. En Estados Unidos y el Reino Unido, las chicas llegaron a lo más alto. La canción apareció con precisión, penetrando en un panorama aún cubierto del brillo post-New Romantic más que del exceso. Parecía fresca sin necesidad de alardear. Al establecer el tono para la gran mezcla de ironía, melancolía y elegancia de los Pet Shop Boys, se convirtió en un pilar de su carrera. Quizás la forma más plena de éxito para una canción pop: funcionaba igual de bien con auriculares que en las pistas de baile.

La manera en que West End Girls enmarca el silencio y la quietud como parte del ritmo ayuda a explicar lo que perdura en ellos, más allá de su música o su imagen. Observa sin juzgar, avanza sin prisa y habla sin gritar. Es una canción que reflexiona sin pedir nada a cambio.

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