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Los 10 mejores bateristas de grupos de rock de todos los tiempos

En la música rock, el baterista es a menudo el héroe anónimo, el motor detrás del ruido. Mientras los cantantes toman el micrófono y los guitarristas se adueñan del centro de atención, es el baterista quien mantiene todo unido, o lo descompone cuando hace falta. Aquí tienes nuestra selección de los 10 mejores bateristas de rock, clasificados del 10 al 1, según su potencia, creatividad y legado.

10[/eltdf_dropcaps>Dave Grohl (Nirvana)
La tormenta perfecta de furia punk y precisión. Grohl se unió a Nirvana justo a tiempo para que Nevermind explotara. Su batería fue un terremoto, primitiva y precisa. Escucha Smells Like Teen Spirit y lo sentirás. No lo oirás, lo sentirás. Y en vivo, especialmente en Reading 1992, Grohl fue una bestia tras los tambores, todo codos y caos controlado.

9[/eltdf_dropcaps>Charlie Watts (The Rolling Stones)
Nunca llamativo, siempre esencial. Watts no buscaba el centro de atención, él le daba a los Stones su actitud. Sus raíces en el jazz mantenían todo suelto y peligroso. En Gimme Shelter, es la amenaza silenciosa detrás de la tormenta. Keith y Mick eran fuego y humo, pero Charlie era el pulso.

8[/eltdf_dropcaps>Phil Collins (Genesis)
Antes de tomar el micrófono, Collins fue uno de los bateristas más inventivos del rock progresivo. Su trabajo en The Lamb Lies Down on Broadway es intrincado, musculoso y teatral. Y luego llegó In the Air Tonight, ese redoble. Es el sonido del nacimiento de los años 80 en cuatro golpes.

7[/eltdf_dropcaps>Stewart Copeland (The Police)
Violencia controlada y delicadeza sincopada. Copeland nunca se limitó a marcar el ritmo, tocaba contra-melodías, rompía los ritmos del reggae con energía punk. Walking on the Moon se desmoronaría en otras manos. Con él, flota y golpea a la vez.

6[/eltdf_dropcaps>Bill Bruford (Yes, King Crimson)
El caballero matemático de la batería rock. Bruford aportó fuego intelectual al prog. Con Yes, bailaba alrededor de los compases irregulares como si fueran columpios de parque. Con Crimson, hizo que el metal sonara como jazz de otro planeta. Su forma de tocar es cerebral, pero llena de groove.

5[/eltdf_dropcaps>Ringo Starr (The Beatles)
Burlarse de él es un error. Ringo lo cambió todo haciendo menos, perfectamente. Sus redobles en Come Together o A Day in the Life son clases magistrales de contención. Lo hacía parecer fácil. Esa es la señal de un genio. Sin Ringo, no hay groove. Sin él, no hay ritmo Beatle.

4[/eltdf_dropcaps>Keith Moon (The Who)
Moon no tocaba la batería. La atacaba. Cada redoble era un alboroto, cada show un choque de trenes. En Won’t Get Fooled Again, es el director loco del caos. No marcaba el tiempo, lo agredía. Lo único más ruidoso que su forma de tocar era su vida.

3[/eltdf_dropcaps>Ginger Baker (Cream)
Jazz, furia y ritmo africano condensados en un inglés malhumorado. Baker fue pionero, técnico y volcán. Su ejecución en Toad fue uno de los primeros solos de batería extendidos en disco, tribal y aterrador. No solo marcaba el ritmo, marcaba el estándar.

2[/eltdf_dropcaps>Neil Peart (Rush)
El profesor. Letras, conceptos y ritmos laberínticos. Peart llevó el pensamiento orquestal a la percusión rock. Cada redoble en Tom Sawyer es intencionado, diseñado como una sinfonía. Y en vivo, tocaba durante tres horas con la resistencia de un olímpico y la elegancia de un relojero.

1[/eltdf_dropcaps>John Bonham (Led Zeppelin)
Trueno encarnado. Bonham era el más ruidoso, el más pesado y, de algún modo, el más fluido. When the Levee Breaks aún hace llorar a los productores modernos. Su trabajo de pedal en Good Times Bad Times es sobrenatural. Pero lo que hacía de Bonzo el mejor era el sentimiento. Sin metrónomos. Sin correcciones. Solo groove, antiguo, profundo e inquebrantable.

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