Sueños de robot
Lanzado como el tercer sencillo de Discovery en 2001, Digital Love es el instante. Abierto de par en par hacia las estrellas, Daft Punk cambiaba el club por la ventana del dormitorio. Aunque el dúo francés ya era conocido por filtrar la música house a través de un prisma robótico y fiestero, esta canción era algo más suave. Encerraba el anhelo en vocoders, transformaba la nostalgia en neón y mezclaba el desamor con una felicidad lírica pura. Bajo los pliegues y los filtros, es sobre todo una canción de amor no confesado que se repite eternamente.
Basada en un sample de I Love You More de George Duke, la canción comienza con esa paradoja tan propia de Daft Punk: emoción humana expresada a través de circuitos electrónicos. Es retrofuturismo impulsado por pulsos. Aunque la música es simple y el vocoder intenso, el estado de ánimo es evidente. Aquí hay anhelo, pero no suplica. En su lugar, sueña, baila y flota. Discovery se inspiró en recuerdos de infancia, en discos escuchados en la habitación por la noche, según dijo una vez Thomas Bangalter. Digital Love suena exactamente como ese recuerdo, solo un poco más fuerte.
Y entonces comienza el solo. En algún punto intermedio entre un sintetizador y una guitarra. Aunque no suena como nada que lo rodee, filtrado, frenético y claramente elaborado nota por nota, rinde homenaje a los héroes del rock de los 70. Es un solo que busca atravesar más que lucirse, cortando la dulzura con una insistencia melódica cruda. Digital Love golpea más fuerte dentro de un álbum de brillantez conceptual porque no intenta ser inteligente. Solo siente.
Ya nadie hace solos en sus canciones, pero queríamos incluir algunos en el álbum.
(Thomas Bangalter, 2001)
Añadiendo otro nivel de romance de ciencia ficción, el videoclip del tema, parte del proyecto anime Interstella 5555 de Leiji Matsumoto, es una historia de amor contada a través de píxeles y planos astrales. La gran visión de Daft Punk era una música que se sintiera, se viera y se recordara más que simplemente se oyera. Mucho antes de que los músicos persiguieran mundos cinematográficos, Daft Punk ya había creado uno con desamor, rayos láser y polvo de discoteca.
A comienzos de los años 2000, la música dance se obsesionaba con alcanzar caídas más intensas y BPMs más altos. Daft Punk eligió la autenticidad. Digital Love rondaba los techos de las habitaciones, los viajes nocturnos en coche y los auriculares, más que dominar las pistas de baile. Nos invitaba a imaginar que las máquinas también podían llorar si las programabas con suavidad. Y al hacerlo, se convirtió en una de las canciones más silenciosamente radicales de su época.
