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Embarrassement – Madness

Un groove tejido de recuerdos

Como un jadeo sorprendido, los metales se abren de forma rápida y dolorosa, y luego se acomodan en un ritmo que avanza con una tensión autoconsciente. Ya sonrojada, incómoda y vestida con un ska pulido de alma soul, la canción entra en la habitación. Publicada en 1980, justo cuando el control de Thatcher se endurecía y la juventud londinense oscilaba entre orgullo y miedo, la canción parece una fotografía tomada en plena mueca. Mientras Suggs reparte las estrofas como quien lee malas noticias en una reunión familiar, el saxofón de Lee Thompson dibuja curvas. Siempre hay algo que se tambalea, como si intentara mantener la dignidad mientras se cae en la acera, pero la melodía avanza con elegancia.

Las palabras nacen de una herida demasiado cercana para ser cerrada. Inspirada en la historia real de la hermana de Mike Barson, que quedó embarazada de un hombre negro, la canción no duda. Conocidos por su imagen divertida y excéntrica, Madness deja aquí de lado la sonrisa para mostrar los dientes apretados. No hay desvíos cómicos ni guiños teatrales. Solo esa náusea persistente del amor juzgado, de la diferencia castigada. El estribillo repite embarrassment como un susurro resignado, no como un grito. Lo que domina no es la vergüenza, sino el miedo paralizante a lo que puedan pensar los demás.

En ese momento, el ska a veces se despreciaba como un juego retro para chicos malos con sombrero pork pie. Madness, sin embargo, lo usó como un bisturí. Embarrassment corta con precisión. La estructura ajustada, el groove helado, la simplicidad contenida del arreglo conducen directamente al dolor. Tras el éxito de One Step Beyond, el grupo arriesgó perder parte de su público. No titubearon. El sencillo igualmente entró en el Top 5 del Reino Unido. Eso dice menos sobre la tolerancia colectiva que sobre la potencia de una composición bien hecha. Incluso cuando las palabras incomodan, una melodía puede seducir.

Embarrassment trata sobre el caos que vivió mi familia cuando mi hermana quedó embarazada de un hombre negro, y cómo la vergüenza y el rechazo que tuvo que enfrentar me inspiraron a escribir la canción.

(Lee Thompson, BBC News Magazine, 2005)

A principios de los años 80, el Reino Unido no se caracterizaba precisamente por su ternura. Las tensiones raciales hervían, los periódicos escupían veneno, y las viviendas sociales olían a futuros rotos. Madness lanzó una canción en medio de esa tormenta que solo mostró un espejo, sin ofrecer respuestas. En Embarrassment no hay solución, solo una decisión: mirar hacia otro lado o quedarse en la habitación. De la noche a la mañana bajo los focos, el grupo creció actuando así. No eran solo la banda de las travesuras en la pista de baile. También podían reflejar las realidades más incómodas.

Hoy, la canción suena como una antecesora de muchas piezas confesionales que llevan el dolor a flor de piel. Sigue siendo extrañamente elegante, como si el duelo hubiera aprendido a bailar un vals. La producción se mantiene firme; la emoción, todavía inquietante. Embarrassment fue el momento en que la máscara se cayó para una banda generalmente caricaturizada en posturas de slapstick. Lo que había debajo no era ni salvaje ni rencoroso. Era simplemente humano.

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