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Just Can’ Get Enough – Black Eyed Peas

Patchwork de máquinas y emociones

Lanzada en 2011, Just Can’t Get Enough retrata un breve subidón emocional que existe entre dos mundos: el placer del contacto y el dolor de la ausencia. Solo una semana antes del terremoto en Japón, donde Fergie, will.i.am y el resto del grupo habían pasado tiempo recientemente, la canción fue grabada. Ese momento le dio al tema una extraña carga simbólica. Reverberaba un equilibrio delicado entre la alegría y la tristeza. Guiado por un riff de sintetizador contenido, el pulso electrónico genera una sensación de ingravidez. Todo, incluso el dolor, parece flotar.

Los Black Eyed Peas eran en ese momento maestros de la invasión de listas. Cada lanzamiento se convertía en un acontecimiento público. Su música sonaba en pistas de baile, ascensores, taxis y cocinas. Con Just Can’t Get Enough, bajaron el ritmo. La tensión surge de un beat que se niega a estallar. Íntima, casi susurrada, la letra se abre como una ventana en verano con el estribillo. Hay calidez, pero también una cierta distancia. La creación deja espacio para la fragilidad.

La voz de Fergie es especialmente significativa. Tiene un filo tembloroso, como si las palabras salieran de una noche de insomnio. Aunque ya había mostrado esta capacidad en Big Girls Don’t Cry, aquí la emoción está más entrelazada con el ritmo. Su fraseo se posa en lugar de elevarse. El oyente permanece en tierra, con los ojos bien abiertos en la penumbra; no se levanta. Cada eco suyo, cada intervención de Apl.de.Ap y will.i.am añade una capa de introspección en lugar de interferencia.

El mensaje es saber que cuando estás lejos de alguien, especialmente cuando estás de gira, no puedes tener suficiente de esa persona o simplemente no dejas de pensar en ella y quieres hacerle saber que siempre estás ahí para ella.

(Taboo, MTV News, 2011)

La simplicidad de esta canción es lo que la hace destacar. La composición es sencilla, las palabras son repetitivas, la música casi como una nana. Sin embargo, esa simplicidad encierra algo más. Los arpegios de sintetizador reflejan el pulso rítmico de un pensamiento que no se va. La canción no intenta decir muchas cosas. Su repetición se transforma de un lema en un hechizo. Es el sonido de una frase retenida, una y otra vez.

Just Can’t Get Enough empezó a filtrarse en el tejido del pop de los años 2010. Sonaba en momentos de transición, de espera, de añoranza. No intentaba impresionar. Se instalaba suavemente. Encontró fuerza en la moderación, en una década fascinada por el espectáculo. Para los Black Eyed Peas, fue una pausa antes de un cambio. Una especie de postal desde la frontera de su dominio electro-pop. Una canción flotando en la emoción y anclada en su tiempo.

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