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To Be Honest – Christine And The Queens

Donde la pena está esculpida

To Be Honest no llega como una explosión, sino como un descenso suave y elegante. Se siente menos como una canción pop y más como un ajuste de cuentas en cámara lenta. El primer sencillo del ciclo PARANOÏA, ANGELS, TRUE LOVE de Christine and the Queens reposa sobre sintetizadores espectrales y un ritmo al compás del corazón. La canción habita un extraño espacio liminar, parte devoción, parte confesión. No exige apertura. Se desliza a través de ella.

Ahora completamente absorbido en su búsqueda de identidad fuera de los binarismos, Chris toca algo profundamente teatral en esta interpretación. No desde el exceso, sino desde una puesta en escena emocional. Las palabras, que caen como fragmentos de un diario a medio leer, resuenan con una fuerza tenue pero penetrante. Aunque «Es cierto que a veces lloro» no sea poesía lírica escrita para la majestuosidad, desarma por su franqueza, inquieta por su cercanía. No es vulnerabilidad como espectáculo. La exposición es su andamiaje.

El tema camina por una línea fina entre la magnificencia cósmica y el control contenido. Los sintetizadores brillan con una especie de desapego divino; el ritmo late como una señal moribunda que intenta mantenerse constante. Coproducida por Mike Dean, conocido por sus colaboraciones con Kanye West y Frank Ocean, la canción explora la textura y el silencio. Construida más sobre sugerencias que sobre declaraciones, es una escena de fe y conflicto. Chris no grita. Da vueltas. Se contiene. Se apoya en el silencio.

Se siente como el anhelo de algo inalcanzable, tanto en lo lírico como en lo musical. El sencillo de marzo de 2023 suena como una balada, compartiendo rasgos con otras composiciones introspectivas, deliberadas y queridas de su discografía.

(Mitch Mosk, Atwood Magazine, 2023)

Lo impactante es cómo To Be Honest se presenta a la vez como algo muy personal y extrañamente universal. Chris siempre ha explorado la identidad como un flujo, desde Chaleur Humaine hasta Chris, y ahora en esta fase más mágica, más angelical. Esta canción parece un punto de inflexión, una declaración contenida de que estar roto no niega la belleza y que buscar es, en sí, una forma de respuesta. No intenta reparar nada. Habita el propio paradoja.

En una época en la que el pop suele avanzar rápido, apuntar alto y ofrecer resoluciones, To Be Sincere se queda quieta. Presta atención hacia adentro. Se detiene en la penumbra. Nos devuelve al acto más radical que puede hacer un artista: experimentar algo por completo y dejar espacio al oyente para sentirlo también, en lugar de fabricar algo nuevo.

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