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Walk This Way – Aerosmith

De los sótanos de Boston al caos mundial

Hay algo casi obsceno en la forma en que ese riff se desliza. Joe Perry no solo toca la guitarra. Él desfila a través de ella. Walk This Way es esa rara pista donde el descaro se convierte en arquitectura: cada nota de la introducción es un guiño, una sonrisa ladeada, un empujón de cadera. Para cuando la batería entra y Steven Tyler empieza a escupir rimas como un predicador callejero en llamas, la canción ya ha subido al ring y exigido tu atención.

 

Lanzada en 1975 en Toys in the Attic, esta no se suponía que fuera el éxito. Ese honor era para Sweet Emotion. Pero Walk This Way tenía algo primitivo en su ADN. Combinaba la narrativa de Chuck Berry con grooves funk y travesuras adolescentes subidas de tono, todo en menos de cuatro minutos. Los versos, con su entrega tipo ametralladora y letras que enredan la lengua, se inspiraron en una película de Mel Brooks (El joven Frankenstein, para ser exactos). Tyler garabateó la letra en la pared de un hotel, lo que quizá explique su brillantez caótica y hormonal.

 

La genialidad de Aerosmith siempre estuvo en cómo hacían brillar la suciedad. En su mejor momento, eran callejeros y sucios, pero lo suficientemente pulidos como para colarse en tu radio FM sin ser detectados. Walk This Way es el ejemplo perfecto: un riff funk enterrado dentro de un himno rock, o quizá al revés. La guitarra rítmica de Brad Whitford mantiene el groove con los pies en la tierra mientras la batería de Joey Kramer rebota como un boxeador esperando atacar. Pero es Tyler quien se roba el show, aullando, chillando y tironeando cada sílaba como si la estuviera sometiendo a la fuerza.

‘Walk This Way’ de Aerosmith es un sencillo lleno de hard rock y funk que demuestra la habilidad de la banda para crear riffs pegadizos y una interpretación enérgica.

 

(Billboard Magazine, 1975)

Luego llegó 1986. Para entonces, Aerosmith estaba casi acabado: las drogas, los egos y el tiempo habían carcomido las entrañas de la banda. Entonces aparecieron Run-D.M.C. y el productor Rick Rubin. ¿El resultado? Un terremoto cultural. Esa resurrección inesperada entre géneros cambió la trayectoria de la música popular. El rap y el rock ya habían coqueteado antes, pero Walk This Way derribó la puerta, pintó grafitis en las paredes y se marchó con toda la atención del público. Hizo historia en MTV, llevó el hip-hop a los salones de los suburbios y demostró que los riffs y las rimas podían bailar juntos sin pisarse los pies.

 

Pero incluso antes del remix y la resurrección, la versión original de Walk This Way ya tenía su lugar en el canon. Fue un rayo de lujuria, funk y rebeldía en vaqueros ajustados. No pretendía ser profunda. Pretendía hacerte moverte, sonreír, quizá rozarte un poco. Y lo logró. Décadas después, ese ritmo todavía ruge como un coche callejero en celo, y los gritos de Tyler aún resuenan con la alegría salvaje de hacer algo simplemente porque se siente peligrosamente bien.

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