Canciones diminutas, gran impacto – Los números uno más breves de la música
La duración rara vez es lo primero que viene a la mente cuando se habla de canciones que encabezan las listas. Sin embargo, una canción del panorama pop tiene el extraño honor de ser la más corta que jamás haya alcanzado el número uno en el Billboard Hot 100. Con apenas un minuto y 36 segundos, la obra maestra doo-wop de Maurice Williams and the Zodiacs de 1960, Stay, ostenta ese récord. Aunque breve, Stay cautivó al público con sus contagiosos falsetes, sus letras románticas y sencillas, y su encanto alegre.
Inspirado por un auténtico momento de vulnerabilidad adolescente, Maurice Williams escribió la canción con solo 15 años. Después de una cita, suplicó a una chica que se quedara un poco más antes de irse. El centro emocional de la canción surgió de esa experiencia, con la frase: «Oh won’t you stay just a little bit longer.» Grabada con su grupo The Zodiacs, la estructura breve del tema fue en parte una elección práctica, ya que encajaba perfectamente en los formatos de radio de la época. Su ascenso al número uno en noviembre de 1960, sin embargo, fue todo menos habitual; sigue siendo un ejemplo clásico de cómo, en la música pop, menos puede ser más.
Nacido en Carolina del Sur en 1938, Maurice Williams ya formaba parte de una banda llamada The Gladiolas antes de fundar The Zodiacs. Aunque Stay fue su único gran éxito, la canción volvió a ganar relevancia años más tarde. Apareció en películas como Dirty Dancing y fue versionada por artistas como Jackson Browne, cuya propia interpretación entró en las listas durante los años 70. El propio Williams siguió actuando durante muchos años, y Stay se ha ganado un lugar permanente en la historia del rock and roll.
Otras canciones muy breves que llegaron al número uno incluyen I’m Henry VIII, I Am de Herman’s Hermits (1 minuto y 50 segundos), PPAP (Pen-Pineapple-Apple-Pen) de Pikotaro en Japón (1 minuto y 9 segundos), y Little Boxes de The Womenfolk (1 minuto y 3 segundos), que fue un éxito fugaz en las listas estadounidenses en 1964. Aunque estos temas varían mucho en estilo —desde canciones humorísticas hasta folk o pop británico—, su brevedad no les impidió convertirse en momentos célebres de la historia musical.
A menudo fue su pegajosidad, su humor o su actualidad lo que hizo que estos temas tuvieran tanto éxito a pesar de su corta duración. En el caso de Stay, fue una voz que pedía ser escuchada y una sinceridad sin filtros. Aunque Maurice Williams dijo poco, lo dijo mejor que nadie.