Un gran solo no necesita velocidad ni alardes, solo la nota justa en el momento adecuado. Aquí tienes un ranking de diez momentos de guitarra que quedaron grabados para siempre en la historia del rock.
10[/eltdf_dropcaps>John Frusciante (Red Hot Chili Peppers) – “Scar Tissue” Poesía minimalista en seis cuerdas. El trabajo de slide de Frusciante en Scar Tissue es más una confesión susurrada que un solo abrasador. Cada nota suena como si hubiera sido vivida, abierta en canal y liberada. No es rápido, pero sangra. Un solo que conoce el peso del silencio y lo dobla a su antojo.
9[/eltdf_dropcaps>Slash (Guns N’ Roses) – “Sweet Child O’ Mine” Actitud con alma. El solo final de Slash es una clase magistral de tensión y liberación, cambiando de lo romántico a lo crudo en un instante. La Les Paul suena como si funcionara a base de bourbon y corazones rotos. ¿Icónico? Sí. ¿Demasiado escuchado? Tal vez. Pero cuando estalla ese último estallido, vuelves a tener 12 años y la piel de gallina.
8[/eltdf_dropcaps>David Gilmour (Pink Floyd) – “Comfortably Numb” Esto no es un solo. Es un viaje. El fraseo de Gilmour en Comfortably Numb es pura emoción, sin relleno. Son dos solos, en realidad, pero es el último el que asciende a la eternidad del rock. Sostenido por días. Tono como miel derritiéndose sobre acero. Gilmour no toca notas – pinta atmósferas.
7[/eltdf_dropcaps>Tom Morello (Rage Against the Machine) – “Killing in the Name” Morello reinventó la guitarra eléctrica como arma de protesta. El solo aquí son platos girando y sirenas hechas carne, un anti-solo en una anti-canción. No canta – grita. No se tararea. Se siente como si derribara algo. Radical, poco convencional, inolvidable.
6[/eltdf_dropcaps>Kirk Hammett (Metallica) – “One” Metralla en forma de sonido. El solo de One comienza con melodía y se transforma en caos. El juego de dedos de Hammett es preciso y salvaje a la vez – una lluvia de notas que suena como si estallara una guerra en mitad de la canción. El punto más alto del thrash. Escúchalo con auriculares y un desfibrilador cerca.
5[/eltdf_dropcaps>Brian May (Queen) – “Bohemian Rhapsody” Un solo que canta tanto como Freddie. La guitarra Red Special de May encuentra el punto exacto entre la ópera y el rock de estadio. Es corto, dulce y esculpido a la perfección. Tan elegante como un soneto, tan contundente como un puñetazo. Pura alquimia sonora.
4[/eltdf_dropcaps>Jimi Hendrix – “All Along the Watchtower” Esta ya no es la canción de Dylan – es el sermón de Hendrix. El solo es fundido, inquieto, cósmico. Hendrix destroza la estructura como si persiguiera un trueno. Este es el sonido de la guitarra eléctrica evolucionando a mitad de frase. Caos controlado, divino en todas direcciones.
3[/eltdf_dropcaps>Randy Rhoads (Ozzy Osbourne) – “Crazy Train” El solo que encendió mil sueños metaleros. Rhoads era precisión clásica conectada a un amplificador de loco. En Crazy Train, entrega una de las frases más icónicas y compactas del metal – una mezcla de destreza armónica y agallas. ¿Y ese tapping? Legado instantáneo.
2[/eltdf_dropcaps>Eric Clapton (Derek and the Dominos) – “Layla” Nada ostentoso – solo devastador. El solo de Clapton en Layla es puro filo y ternura. Son blues con cocaína convertidos en tragedia shakesperiana. Si el desamor tuviera cuerdas, sonaría así. Duane Allman se suma, y juntos lo queman todo a fuerza de sentimiento.
1[/eltdf_dropcaps>Jimmy Page (Led Zeppelin) – “Stairway to Heaven” ¿Demasiado escuchado? Tal vez. Pero aún invicto. El solo de Page es la piedra de Rosetta de la guitarra rock – lírico, épico, sin prisas. Cada nota tiene un propósito. Cada bend es una declaración. Va creciendo, respira, y luego se abre como un cielo en llamas. El modelo para mil solos que vinieron después – ninguno tan trascendente.