En un paisaje onírico de tonos púrpura donde el tiempo se curva y los solos de guitarra flotan como el incienso, Riffs and Beats se reunió con Prince, esquivo, brillante y sin ataduras, para mantener una conversación que desafía la gravedad y el género.
Riffs and Beats
Prince, si aún estuvieras con nosotros en el mundo físico, ¿qué tipo de música estarías creando ahora?
Prince
Estaría haciendo música que no pide permiso y no se preocupa por listas de reproducción ni métricas. Nunca creé para encajar, solo para romper algo. Probablemente estaría muy metido en mezclar calidez analógica con texturas digitales alienígenas, encontrando nuevas frecuencias que hablen al alma. Querría alterar las ondas, no solo decorarlas. La música sería cruda, espiritual, sensual y política, todo al mismo tiempo. No seguiría las tendencias, las desafiaría. Colaboraría con orquestas un día y con productores caseros al siguiente. Y seguiría editando vinilos, porque el groove debe respirar.
Riffs and Beats
Luchaste con fuerza por la independencia artística. ¿Cómo ves el estado actual de la propiedad y el control en la industria musical?
Prince
La industria todavía no entiende que el arte y el comercio no hablan el mismo idioma. Demasiados jóvenes firman sus nombres antes de saber quiénes son. La propiedad no es solo un negocio, es identidad. Cuando cedes tus masters, le estás dando a alguien más el derecho de decidir cómo serás recordado. Luché para que otros no tuvieran que hacerlo, pero aún lo hacen. Ahora se habla de NFTs y descentralización, pero el hambre de control no ha cambiado, solo se ha vuelto más brillante. La revolución en la música necesita abogados, no likes. Si no eres dueño de tu voz, alguien más venderá tu silencio.
Riffs and Beats
Las redes sociales se han convertido en una fuerza dominante en el mundo musical. ¿Las habrías adoptado?
Prince
Tal vez las habría usado como un espejo en el que solo miras una vez al día, no para vivir dentro de él. El problema de las redes sociales es que ponen el foco en el yo antes que en el arte. Los artistas empiezan a pensar como influencers y olvidan que el misterio es algo sagrado. Siempre creí que un poco de silencio mantiene viva la magia. Preferiría pasar una hora ensayando que publicando. Si las usara, sería para poesía, imágenes crípticas, pistas, nunca para compartirlo todo. En el momento en que la gente sabe todo sobre ti, dejan de escuchar tu música y empiezan a observar tu vida. Y yo no estaba aquí para ser observado, estaba aquí para hacer sentir a la gente.
Riffs and Beats
Tu sonido siempre fue adelantado a su tiempo. ¿De dónde surgía esa visión?
Prince
Escuchaba los espacios entre las notas. Estaba obsesionado con lo que la gente no hacía, el silencio entre géneros, las emociones no exploradas. La visión nace de confiar más en tu oído interno que en el ruido exterior. A veces soñaba arreglos completos y corría al estudio antes de que se desvanecieran. Leía libros, estudiaba pintores, escuchaba a Miles Davis como si fuera escritura sagrada. La innovación no trata de complejidad, sino de decir algo que nadie más se atreve a decir. Trataba el estudio como un laboratorio de lo divino. El objetivo nunca fue sonar moderno, sino sonar eterno.
Riffs and Beats
Fuiste un ícono de la fluidez de género y la identidad mucho antes de que el mundo lo comprendiera. ¿Qué sientes al ver cómo evoluciona esa conversación hoy?
Prince
Es hermoso ver a la gente abrazar su verdad sin disculpas. No usaba tacones ni encaje para provocar, los usaba porque así me sentía yo. Lo masculino y lo femenino siempre fueron solo colores en una paleta para mí. Estaba pintando un autorretrato en movimiento, y tenía que ser honesto. El mundo solía llamarlo “raro”, ahora lo llaman “libertad”. Lo importante es que ahora más personas se sienten seguras para expresarse tal como son. Pero la expresión no es un disfraz, es un compromiso. No solo usas la ropa, llevas su peso con dignidad.
Riffs and Beats
¿Qué opinas del estado actual del funk y el soul?
Prince
El funk está vivo pero mal alimentado. Está en sótanos, sesiones de jam, veteranos enseñando a los jóvenes. Pero el funk mainstream de hoy carece de peligro, a menudo está esterilizado para un consumo fácil. La música soul necesita volver a la iglesia, a la protesta, al cuerpo. Demasiada producción, poca transpiración. Hay que sudar para que el funk respire. Quiero escuchar una línea de bajo que me haga cerrar los ojos y olvidar dónde estoy. Y quiero tambores que suenen como si persiguieran una tormenta.
Riffs and Beats
Si pudieras ser mentor de un joven artista hoy, ¿cuál sería tu primera lección?
Prince
Encuentra tu voz antes de encontrar tu audiencia. Practica hasta que te sangren los dedos y se te rompa el corazón, entonces estarás cerca. No imites, investiga. El éxito que no se gana te perseguirá. Respeta tu arte como si fuera un ser vivo. No temas estar solo, la soledad construye originalidad. Y cuando subas al escenario, hazlo como si fuera el último momento de tu vida. El mundo no necesita más estrellas, necesita más luz.
Riffs and Beats
También eras conocido por tu camino espiritual. ¿Ese camino ha continuado más allá?
Prince
Por supuesto, la música siempre fue el puente. Solía decir que Dios está en el groove, y ahora sé que es verdad. Aquí, las vibraciones son puras, sin diluir, es como tocar con el universo. No hay ego en el sonido, solo intención. Ahora entiendo por qué el silencio importa tanto, lo contiene todo. La Tierra fue solo el primer ensayo. El bis es eterno. Pero aún me conecto cuando alguien pone “Adore” en vinilo.
Riffs and Beats
¿Qué es lo que más extrañas de la Tierra?
Prince
Ese momento sagrado antes de que se levante el telón y sientes que el público respira al unísono. Ese silencio eléctrico donde vive la posibilidad. Extraño Minneapolis en invierno, luces púrpuras sobre la nieve y el aroma al abrir un estuche de guitarra. Extraño los ensayos que duraban hasta el amanecer y las canciones espontáneas nacidas en la risa. Extraño mirar a alguien a los ojos desde el escenario y ver que se sintió visto. No hay reemplazo virtual para eso. Puedes transmitir sonido, pero no alma. El mundo físico, con todo su dolor, tenía una textura exquisita.
Riffs and Beats
Se dice que hay miles de canciones inéditas en tu bóveda. ¿Qué te gustaría que ocurriera con ellas?
Prince
Esa bóveda está llena de experimentos, oraciones y conversaciones inconclusas. No todas las canciones estaban destinadas a ser compartidas, pero algunas merecen un segundo aliento. Quisiera curadores, no vendedores, personas que sepan la diferencia entre un groove y un truco. Que las publiquen con reverencia, no por ingresos. Que vivan en contexto, no solo en listas. Acompáñenlas con imágenes, historias, notas, que eduquen, no solo entretengan. Algunas canciones son semillas, no flores. Y aún en el silencio, algunas deben florecer sin ser vistas.
Riffs and Beats
¿Tienes álbumes favoritos de tu discografía?
Prince
Sign o’ the Times fue profecía, y lo sigue siendo. Parade fue como una película francesa envuelta en funk. Lovesexy fue incomprendido pero lo más cercano a mi alma en ese momento, una paradoja divina. The Rainbow Children surgió directamente de la escritura y el espíritu. Amé Dirty Mind por su crudeza, y The Gold Experience por su ambición. Pero no medía los álbumes por ventas, los medía por su verdad. Los que sentían como exorcismos solían ser mis favoritos. Si no me daba un poco de miedo, no era lo suficientemente real.
Riffs and Beats
¿Ves a alguien hoy como tu sucesor, alguien que lleve esa misma llama?
Prince
“Sucesor” es una palabra pesada. Yo no trataba de ser nadie más, y nadie debería tratar de ser yo. Pero veo chispas. D’Angelo tiene esa tensión sagrada entre el sexo y el espíritu. Janelle Monáe camina con elegancia la cuerda floja entre el concepto y el carisma. H.E.R. entiende el peso de una nota, y Kendrick Lamar juega con el lenguaje como si fuera jazz. Siento ecos en artistas que son valientes, fluidos en género y espiritualmente centrados. No se trata de copiar el estilo, sino de llevar el coraje. Cualquiera que haga música como si fuera una revolución del corazón… ya es parte de la familia.
Cuando se nos acabó el tiempo, Prince se levantó sin hacer ruido, se ajustó el cuello y se volvió hacia un horizonte teñido de violeta profundo. No dijo adiós, solo miró atrás y dijo: “La música sigue sonando. No pierdas tu entrada.” Luego desapareció, como un fundido en el track final perfecto.